Después de un ictus, es frecuente que los familiares te comenten”es que mi padre no era a así” o “esta no es mi madre, la desconozco”…
El cambio de personalidad es ocurre frecuentemente después de un ictus.
Los pacientes pueden mostrarse APÁTICOS (indiferentes, apenas hablan y participan, se pasan el ´dia sentados en un sofá…), AGRESIVOS (impulsivos, irritables…), LÁBILES (emotivos, lloran o ríen sin motivo…) y también menos frecuentemente, PARANOIDES (suspicaces, desconfiados e incluso delirantes….piensan que le roban, que le engañan…).
Es muy importante acudir al Neurólogo y/o Neuropsicóloga para abordar estas alteraciones precozmente, pues suponen un motivo frecuente de consulta en las urgencias hospitalarias y además dificultan el proceso rehabilitador.
Hoy en día contamos con diversos fármacos parar tratar estas alteraciones conductuales, como son los antidepresivos, neurolépticos…
Además la Terapia Cognitiva Neuropsicológica, va a contribuir a controlar los cambios de personalidad mediante Terapias de control de impulsos y estrategias de afrontamiento para los familiares.
Yolanda Buriel Jiménez. Neuropsicóloga Centro CRECEN