DEPRESIÓN POST-ICTUS: MÁS FRECUENTE DE LO QUE PENSAMOS

Hasta un 30 % de los pacientes desarrollan una depresión después de un ictus, principalmente en los 6 primeros meses.

Los pacientes refieren ánimo triste, insomnio, pérdida de interés por las cosas, fatiga, mayor torpeza física y mental con dificultades para la concentración.

Es importante detectar la depresión post–ictus y tratarla precozmente, ya que el estado depresivo empeora la recuperación funcional del ictus y su calidad de vida.

La depresión post-ictus es más frecuente en pacientes que presentan afasia, deterioro cognitivo e ictus graves con importante discapacidad.

El tratamiento con antidepresivos y la terapia psicológica han demostrado ser beneficiosas y en la mayoría de los casos se consigue la remisión completa del estado depresivo.

Yolanda Buriel Jiménez. Neuropsicóloga .Centro CRECEN