Mi brazo y mi mano no funcionan como antes, ¿y ahora qué?
Tras sufrir una lesión cerebral, como un Ictus, se producen una serie de secuelas, como la pérdida de fuerza, la alteración de la sensibilidad y la falta de coordinación del miembro superior afectado por la lesión. Todo ello repercutirá sobre la capacidad de la persona para llevar una vida independiente.
La TERAPIA OCUPACIONAL tiene como objetivo lograr la mayor recuperación posible del miembro superior, para ser lo más autónomo posible así como para evitar dolores y deformidades.
Para ello, utilizamos diversas técnicas como:
- Entrenamiento en actividades reales de la vida diaria: Utilizamos las tareas que la persona realiza a diario para potenciar el uso más normalizado posible del miembro afecto, entrenándola y dándole estrategias para compensar el déficit.
- Reaprendizaje motor orientado a tareas: ir logrando un mayor control motor a través de la adaptación de tareas en las sesiones de tratamiento.
- Terapia por restricción del lado sano: al igual que un ojo vago, consiste en restringir el uso del brazo no afecto, para obligar a utilizar el que debemos recuperar.
- Terapia por espejo: como ya vimos en otro de nuestros post, se trata de “engañar” al cerebro haciéndole creer que movilizamos el brazo afecto, cuando en realidad estamos trabajando con el sano.
- Técnicas de recuperación sensitiva.
- Uso de férulas y productos de apoyo que nos ayuden a mantener una posición correcta y nos faciliten el uso del brazo y de la mano.
Según la situación del paciente, la terapeuta ocupacional pone en marcha los abordajes necesarios para alcanzar los objetivos marcados.
Si tú o tu familiar habéis sufrido un daño neurológico con alguna de las consecuencias citadas, no dudéis en contactar con el servicio de terapia ocupacional para empezar la recuperación lo más pronto posible.
Lorena García Tavera. Terapeuta ocupacional centro CRECEN