NORDIC WALKING Y ENFERMEDAD DE PARKINSON

La caminata nórdica o marcha nórdica (en inglés, Nordic Walking) es un deporte de resistencia y una forma de ejercicio al aire libre que consiste en caminar con la ayuda de bastones similares a los utilizados en el esquí. Los bastones de caminata nórdica o Nordic Walking suelen ser de carbono, de una mezcla de carbono y fibra de vidrio o de aluminio. El carbono garantiza una mejor amortiguación que el aluminio y es más estable. Un taco de goma intercambiable absorbe los golpes y el ruido al chocar el bastón con el asfalto.

Los orígenes de este deporte están en los años 30 aunque no fue hasta el año 1997 cuando se crearon unos bastones y se desarrolló una nueva técnica de caminata nórdica.

A nivel neurológico tiene notables efectos en enfermedades como la Enfermedad de Parkinson.

Los pacientes con Enfermedad de Parkinson tienden a andar en pequeños pasos, encorvados hacia adelante, con los codos flexionados y manos temblorosas  (postura del “esquiador”). Las mayores dificultades en estos pacientes se producen al dar el primer paso, parar, volver atrás y rodear los obstáculos.

En Nordic Walking, el uso de bastones específicos puede llegar a dar una gran seguridad al paciente, ya que permite ampliar la extensión de los brazos y la zancada, mientras se mantiene un equilibrio firme. Incluso se mejora la postura gracias al apoyo que supone el bastón.

Durante la práctica de Nordic Walking, la activación de la parte superior del cuerpo puede mejorar los parámetros espacio-temporales de la marcha. Además, al ser un ejercicio en el que se desarrolla la fuerza, resistencia, coordinación y equilibrio, puede ralentizar el proceso de envejecimiento que empeora los síntomas de la enfermedad.

Ana Fernández Peña. Fisioterapia. Centro CRECEN