TERAPIA OCUPACIONAL PARA LA PÉRDIDA DE SENSIBILIDAD DESPUÉS DE UN DAÑO CEREBRAL

Las secuelas que se producen tras un daño cerebral (Ictus, Tumor cerebral…), son muy diversas y afectan en distintos grados de severidad los planos físicos, neuropsicológicos (conductuales y emocionales) sociales y sensoriales.

La pérdida de sensibilidad compromete considerablemente la vida de nuestros pacientes y hace que ciertas capacidades que antes se encontraban intactas, se vean ahora afectadas en mayor o menor medida. Existen distintos tipos de sensibilidad que debemos conocer:

-La Sensibilidad superficial o extereoceptiva: que nos permite tener tacto (percibir cómo son los objetos), recibir información térmica (por ejemplo si el agua de la ducha está fría o caliente) y dolor (si nos pinchamos por ejemplo)

-La Sensibilidad profunda o propioceptiva: que nos permite identificar la posición de los segmentos corporales y el movimiento de un miembro en el espacio (palestesia, propiocepción y cinestesia) gracias a la información que nos llega de los receptores que se encuentran en  músculos, tendones, huesos y articulaciones

-Y la Cortical o combinada: conlleva la capacidad de integrar y analizar la sensibilidad superficial y profunda a nivel cerebral (estereognosia, grafestesia, fenómeno de extinción y discriminación entre dos puntos).

La TERAPEUTA OCUPACIONAL es la encargada de valorar si existe afectación o no de la sensibilidad, a través de diferentes instrumentos de evaluación y de establecer los objetivos de la intervención a través de distintas terapias. En dicha intervención utilizaremos materiales tales como algodón, pincel, esponjas, cepillos, parte roma de un alfiler, clip, etc.

Nuestro principal objetivo es la reeducación sensorial; dotar al paciente de estrategias y técnicas necesarias para tratar de compensar los déficits que puedan poner en riesgo la seguridad del paciente y así tratar de emitir una correcta respuesta motora con propósito.

Sara Rodríguez Zapata. Terapeuta Ocupacional centro CRECEN