VOLVER A CONDUCIR tras un Daño Cerebral  

Muchas personas con Daño Cerebral vuelven a conducir sin haberse informado de los trámites requeridos ni de los riesgos que conlleva hacerlo sin asesoramiento de un profesional. Según la DGT: si se ha sufrido un ictus transitorio no se podrá conducir hasta transcurridos al menos 6 meses y, si se trata de un infarto o hemorragia cerebral, hasta al menos 12 meses de establecidas las secuelas. Pero además para poder volver a conducir se necesitan unas aptitudes físicas y cognitivas adecuadas, por ello, antes de coger el volante, es recomendable que el paciente que haya sufrido un daño cerebral sea valorado por un Neurólogo y Neuropsicólogo para determinar si el paciente está apto para conducir. En el caso de que existan secuelas físicas se realizarán las adaptaciones del vehículo que fueran necesarias (cambio automático, bola en volante…) pero en el caso de que se detecten alteraciones cognitivas, o alteraciones de la conducta, éstas contraindicarían la posibilidad de volver a conducir.

A continuación referimos cómo pueden afectar a nuestra conducción las alteraciones cognitivas que ocurren después de un daño cerebral:

Alteraciones Cognitivas ¿Cómo pueden afectar?
Velocidad de reacción y pensamientos enlentecidos. Frenar tarde ante la presencia de un peatón.
Fatigabilidad mental. Agotarse tras conducir un periodo de tiempo
Dificultad para concentrarse y mantener la atención durante un tiempo. Dormirse o desconectar de la conducción si la situación es monótona.
Dificultad para atender a varias cosas a la vez. Saltarse un semáforo en rojo si me habla el copiloto.
Dificultad para atender a una parte del campo visual (Heminegligencia). No ver los conductores que se incorporan a la carretera.
Percepción alterada del espacio, estimación de la velocidad, cálculo de la distancia, etc. No dejar espacio entre vehículos, subirse a la acera, etc.

 

Alteraciones conductuales ¿Cómo puede afectar?
Impulsividad Pasar por un paso de peatones y no esperar hasta que estos hayan llegado a la acera.
Escasa tolerancia a la frustración e irascibilidad Enfadarse con otro conductor y perder el control en el volante. Conducir de forma temeraria.

Por tanto, si se pretende retomar la conducción tras sufrir un Daño cerebral es aconsejable acudir a un Centro de Reconocimiento Médico Oficial para que las capacidades y circunstancias de la persona sean  analizadas y valoradas. Tras ello, se procede a interrumpir, restringir, limitar o denegar el permiso de conducir y se valoran posibles adaptaciones en el vehículo.

Sara Rodríguez Zapata Terapeuta Ocupacional Centro CRECEN